Advertisement
Arquivo por meses: Xuño 2013
David Otero fala de loros e piratas
“Que é un terrorista? Alguén que molesta, que pon en dúbida a evolución necesaria e popular que debería ter unha sociedade para conquistar unha soberanía e por iso hai que pagar peaxe? Por que a liberdade do pensamento ten que estar acoutada?”
‘El mundo está lleno de loros, pero los más importantes son los piratas’. Subcomandante Marcos.
Así foi. Entrega do X Premio Roberto Vidal Bolaño. Vïdeo resumo do acto
“Nenhuma primavera mais sem Carlos”: o vídeo que estreamos ontem na entrega do X premio Roberto Vidal Bolanho
No día no que se fan 9 meses de Carlos preso. Premio Vidal Bolaño. Obrigadxs. Para Carlos. Para todxs!
X Premio Roberto Vidal Bolaño. O sábado, 15 de junho, às 12:00 horas, na Faculdade de Filosofia da USC. Obrigados. Vemo-nos ali!
Quando alguém recebe um prémio, costuma encher o peito e deixa o seu ego saboreiar a satisfaçom do reconhecimento social a um labor determinado trás palavras de falsa modéstia. Nom é o caso das pessoas que compomos devoltaparaloureda. Nós sabemos que alguns prémios nom se concedem a individualidades senom a causas, reparamos em que a grandeza que mais louvor merece é sempre a colectiva.
Assim entendemos o gesto das Redes Escarlata, que tivérom a bem outorgar-nos nada menos que o Prémio Vidal Bolanho, no mesmo ano em que se lhe dedicou o Dia das Letras Galegas a este gigante do nosso teatro. Som elas mesmas e todos aqueles/as que se implicárom sem medo na defesa dos direitos civis das presas e presos galegos os verdadeiramente premiados. A entrega protocolar do galardom vira-se, deste jeito, um golpe afouto à mentira e ao silêncio com os que o regime espanhol oculta seqüestros, torturas e infâmias contra a dissidência política galega.
Porém, sim que é verdade que há umha emotividade especial que inevitavelmente nos atinge como pessoas concretas neste caso. A obra de Bolanho, mesmo a sua figura como parte imprescindível da paisagem compostelana, costumam encher as conversas literárias de Carlos. Sempre se lhe iluminárom as meninhas ao falar de Rastros. A profundidade desta peça no tocante ao compromisso e à repressom desde a personalidade individual situam a luita política galega numha nova dimensom. Paradoxalmente, Carlos Calvo também padece a condena de experimentar em si próprio a dureza descarnada do estado espanhol contra quem ousa questioná-lo e, de par, vê transcorrer o caminho da vida com as alegrias e mágoas de familiares e amigos que sobardam igualmente a idealizaçom arquetípica do rebelde preso. Pola mesma, os avessios da mentira total em que mergulham a vergonha dos independentistas presos, de certo que também lhe ham provocar a lembrança das Actas Escuras e um desses seus sorrisos imbatíveis.
Como gente que quer, que ama, que precisa, agradecemos a ajuda e a irmandade que se nos oferece valentemente desde as Redes Escarlata. Identificamos com um sentimento que transcende qualquer emoçom adscrevível a umha entrega de prémios qual é a intençom da cerimónia. Este 15 de junho, com todas as olhadas pousadas na sua obra, fora da oficialidade auto-anémica, aquela figura esguia e ensombreirada vai ser lembrada polos seus companheiros de armas literárias como os velhos guerreiros, com a honra do seu nome para a causa que o acompanhou toda a vida e coa espada destemida da sua caneta entre as maos.
Que a luita pola liberdade de Carlos Calvo e a de todos os independentistas galegos presos, às portas dum juízo contra quatro deles, seja o motivo que inspire o acto deste sábado, assinala o vieiro da esperança nestes tempos mouros e fragmentados que estamos a viver como povo. Seguiremos adiante. Obrigados/as.
Ningunha primavera máis sen Carlos
“Terrorismo gallego” y educación juvenil
El organigrama es el siguiente. En la zona central tenemos toda una serie de instancias vinculadas mediante lazos de continuidad y colaboración recíproca: una policía financiada largamente con los impuestos de los ciudadanos, unos tribunales de justicia de dudosa independencia guiados por el anti-jurídico principio de analogía; una clase política, remunerada por bancos y multinacionales, que escenifica conflictos superficiales pero que comparte una ”política de Estado” en dos o tres cuestiones centrales; unos medios de comunicación, en fin, ocupados de la propaganda del sistema, de su legitimación pública y de la criminalización de los descontentos o disidentes. Por encima de este tronco central, brazo ejecutivo de la “organización”, encontramos en la cúpula al capo o jefe del Estado, sucesor de un dictador golpista, y a una serie de instituciones financieras internacionales y gobiernos extranjeros que fijan los márgenes de maniobra, las estrategias y los discursos. Por debajo, en la base, el consentimiento pasivo de una población “colaboracionista”, víctima de la crisis y de la televisión, garantiza la recepción sin resistencia de prácticas violentas y discursos manipuladores.
Bueno, alguien podría decir con razón que este organigrama es demagógico y simplificador. Lo es un poco, sí. Las relaciones entre todas estas instancias son menos “orgánicas” de lo que este esquema indica; en todos los niveles hay conflictos reales o intereses encontrados; y desde luego, si el consentimiento pasivo en la base es innegable, también lo es un creciente potencial de resistencia. Pero lo que nadie puede negar es que, frente a esa potencial resistencia, es mucho más simplificador y demagógico, mucho más “performativo”, el esquema de intervención del Estado, de sus aparatos y de sus medios de comunicación ancilares. Durante 35 años, durante la llamada transición, interminable y toujours recomencée (como el mar de Paul Valery), ha funcionado una poderosísima industria de la fabricación y criminalización del enemigo, particularmente en el País Vasco, donde el nacionalismo -en todas sus manifestaciones- sirvió de pretexto para perseguir en los aledaños (el “entorno”) a toda clase de desobedientes. La “cuestión nacionalista” o, lo que es lo mismo, el “nacionalismo español” ha alimentado y justificado la intervención coordinada -policial, jurídica y propagandística- contra las demandas sociales, económicas y nacionales, allí donde surgieran, de más democracia y más autodeterminación. El fracaso evidente del modelo y el aumento de las movilizaciones, ha extendido a todo el territorio del Estado y a todos los nichos de resistencia un esquema de criminalización preventiva que antes se aplicaba casi exclusivamente en el País Vasco. Con la diferencia de que, fuera del País Vasco, la ausencia de una verdadera base social y de instrumentos mediáticos y militantes de visibilización, vuelve a las víctimas mucho más vulnerables.
Esto es lo que ha pasado y está pasando con la fabricación del “terrorismo gallego”, una operación casi mágica -pues con varita de mando pretende transformar a jóvenes rebeldes en monstruos amenazadores y a organizaciones existentes o no en clones locales de Al-Qaeda- que comenzó en 2005 con la detención, y posterior liberación, de 11 militantes de la organización legal Asamblea da Mocidade Independentista. Hace casi nueve meses, una nueva vuelta de tuerca llevó a la cárcel a Carlos Calvo, que se encuentra en situación de prisión preventiva en Topas, sin fecha para juicio. La negra sombra se proyecta también sobre otras 9 personas. De ellas, Eduardo V.D, Roberto R. F, Antón S. P y María O. L, se sentarán el próximo 24 de junio en el banquillo. Conozco superficialmente a algunos de los acusados, pero sobre todo he colaborado con frecuencia en Novas da Galiza, la excelente revista de la izquierda galega en la que participaban algunos de ellos, lo que sin duda me convierte también en sospechoso. Los jóvenes militantes independentistas defienden proyectos, difunden publicaciones, organizan encuentros, se reúnen para debatir; y para poder subvenir a sus modestos gastos venden Galicola, camisetas, chapas. Imagino que además algunos de ellos hacían deporte -me consta que al menos uno participaba en maratones populares- y probablemente alguno de ellos fumaba. Nada de esto está prohibido, salvo que se pertenezca a una “organización criminal”. El procedimiento es tan sencillo como infalible. Porque pertenecer a una “organización criminal” es en sí mismo un delito, pero a su vez ese delito convierte en delito -o al menos en prueba- cualquier práctica cotidiana, por inocente que sea. Los imputados son acusados de pertenecer a Resistencia Galega, cuya existencia no puede ser demostrada, y esa pertenencia indemostrable convierte cada uno de sus gestos en demostración de pertenencia. El silogismo es el siguiente: si X pertenece a Resistencia Galega (cuya existencia no está probada) entonces su colaboración en Novas de Galiza es una forma de apología del terrorismo, la venta de Galicola es financiación de terrorismo, su afición al deporte es entrenamiento militar para el terrorismo y su afición al tabaco -por su relación con el humo- uso virtual de pólvora con fines terroristas. La pertenencia a una organización cuya existencia no puede probarse convierte todos los gestos de X en una prueba de la existencia de esa organización. En una práctica de contaminación metafísica que recuerda al argumento ontológico de San Anselmo, basta inventarse una “instancia ideal” para que a partir de ese momento todo fenómeno concreto demuestre su existencia real. Esa “contaminación metafísica”, llamada “principio de analogía” o “derecho penal del enemigo”, ha sido utilizada por todas las dictaduras. Por eso mismo es incompatible con el Estado de Derecho y la democracia que dicen estar defendiendo quienes la aplican. Y por eso todos los ciudadanos deberíamos denunciarla, conscientes de que nadie está exento, llegado el caso, de su aplicación. Aún más: a medida que aumente el legítimo descontento social y las movilizaciones (como ya hemos visto recientemente en Madrid) más rutinaria y más feroz, más extensiva, se volverá la criminalización preventiva. Todos, y muy especialmente los jóvenes, deben ser “educados” para dejar pasar -pase, pase- a los bancos, la troika, la iglesia, los recortes, las contrarreformas económicas, las limitaciones a la libertad. De la educación se ocupaban antes, sobre todo, los medios de comunicación y los supermercados. Ya no basta. Ahora esa misión pedagógica queda en manos de los jueces y la policía.
Carlos Calvo y otros son la lección que todos los desobedientes y descontentos debemos aprender. No la aprendamos: solidaricémonos -al contrario- con ellos.
Santiago Alba Rico. Escritor y filósofo, colaborador en varios medios de comunicación alternativos
Carlos o do Novas a un narís vermello pegado
Para min sempre fuches Carlos o do Novas da Galiza porque o outro compa era o Carliños. Tamén o da Galicola ou o Carlos que me atopaba nas palestras sobre o futuro e as alternativas do xornalismo, da situación do noso país… Eras tamén Carlos o das loitas anticapitalistas, o que aparecía nas distintas accións de solidaridade e nas manifestación que prometían vivirmos nun mundo mellor e máis xusto. Mesmo eras o Carlos que tomaba unhas cañas e uns petiscos no Rúa, unhas voltas partillando palabras e outras moitas véndote detrás dos cristais da cociña como se da Fiestra indiscreta se tratara.
Se te tivera que fotografar, aínda hoxe aparecerías co cabelo ben longo, cunha mirada doce e pensativa e un sorriso inmenso que enchía todos os espazos que ocupabas de tranquilidade, alegría, tenrura e reveldía necesaria. Agora teño que facer un pouco de xustica poética e engadirlle á túa faciana o naris de paiaso que Roberto Vidal Bolaño empregaba para falar sen pelos na lingua de todos os temas que lle prestaban fosen ou non políticamente correctos. O tempo vai poñendo a cada quen no seu lugar.
Xa pasaron demasiados meses sen cruzarnos por Compostela. Unha, moitas veces pensa que xa son demasiados os compañeiros e compañeixas que xa non fican na cidade común. Uns porque decidiron emigrar xa que neste país non hai futuro para ninguén. Outras e outros porque tiveron que voltar ás súas casas a contragusto porque non hai traballo. Despois están as xeracións que xamáis estarán porque non poderán sequera pagar as taxas das matrículas universitarias. Aínda que son facianas alleas resultan ben cercanas.
Todos estes casos conflúen nun pesmo punto: a capacidade e a fortaleza do sistema de aniquilación que nos oprime e nos prohibe ser os e as protagonistas das nosass vidas. Ser libres para pensar, para loitar e combater todas e cada unha das agresións que dende hai moitos anos estamos a sufrir. Pero non imos ser de raza choromiquira e como ben di túa aboa, “seguiremos tan rideiras coma sempre”, porque o sorriso, ao igual ca o teu, tan característico, e das poucas cousas que non nos van poder arrincar.
Como pasa o tempo. Son xa nove meses detrás dun muro que antolla aniquilar as esperanzas de verte en Loureda, en Compostela, ou ounde tí queiras. Son xa nove meses nos que a luz de moitas casas na Galiza non se apagaron e as valerianas corrían como se fosen cervexas celebrando o día da Matria máis triste da historia. Son nove meses en prisión sen xuízo. Son nove meses vulnerando os teus dereitos máis fundamentais como persoa e como preso por che teren aplicado a Lei Antiterrorista. Pero tamén son nove meses desterrado. Son nove meses case incomunicado no que a túa xente non parou de loitar pola túa posta en liberdade e por explicarlle á sociedade o estaba a acontecer contigo e coas demais compañeiras e compañeiros presos.
Nestes nove meses aprendín a coñecerte moito máis e mellor. A túa afeción polo debuxo que fai feliz a todas as persoas ás que lle escribes e que de seguro, nalgún momento, cando os verdadeiros Terroristas de Estado paguen todas as mortes e sufrimentos que estamos a vivir, acabará por gañar algún certame ben importante. Os teus textos e reflexións máis profundas que partillas con todos e todas nós en distintos medios de comunicación do país ou as impresións que a túa xente vai achegando, permitíndonos a todas as demais recontruirte con cariño e delicadeza para fixar unha idea máis nítida do noso Carlos Calvo. Aínda che diria que hai quen te ten de fondo de pantalla no mobíl e anda fachendeando todos os días “do seu neno”.
Compañeiro, partillar o amor pola terra, a dignidade humana, a práctica da solidariedade, a defensa das loitas para vivirmos nun mundo máis xusto o querernos… non é delito. Somos moitas e moitos as que te esperamos fora para seguir dando a batalla, porque como di un cantautor Colombiano chamado Carlos Lugo que tamén está na cadea por non claudicar co réximen “por cada persoa que caía ao chan nacían mil máis para contrarrestar ao enemigo do pobo!”.
A historia desta volta escribirémola nós, e máis cedo que tarde contarala ti no monte, na praia, nunha mani, no Novas, en Loureda, en Compostela… e teremos os ollos ben abertos e os oidos preparadiños para escoitar todo o que nos teñas que dicir. Querémoste e querémoste de volta en Loureda xa, co naris vermello de Vidal Bolaño e que contigo caian os muros das prisións e da criminalización da xuventude!!!
María Rúa. Xornalista e hosteleira
Da raza dos non choromiqueiros

“Catro mulleres vimos/as catro te queremos/agora ti elixe/e as outras camiñaremos”, recitoulle nada máis chegar na sórdida xaula na que as meteron. Como di un vello amigo noso, se, como se sospeita, estas conversas son intervidas polo sistema penitenciario, vulnerando os dereitos máis elementais, cumpriría recuperar a gravación e borrar, por suposto, a conversa familiar, para deixar despois que soasen, ceibas, as vellas cantigas da tribo que se escoitaron hai uns días no escuro ambiente dunha cadea española.
Valentina é tamén unha das persoas que máis cartas lle escribe a Carlos desde que está preso. Díctalle á súa filla, a madriña de Carlos, e despois envían as cartas a Topas, unha ao mes polo menos, contándolle como vai todo pola aldea e dándolle ánimos.
“Abuela, nós nunca fomos raza choromiqueira”, dille o neto a Valentina cando a chama por teléfono. “Iso é certo”, contéstalle ela, tragando saliva e ríndose para que Carlos non se preocupe alí dentro: “Xa ves que sigo tan rideira como sempre”.
Hai varios venres, Valentina deixou na casa as bágoas de raiba e inxustiza que esbaran a cada minuto e armada de forza entrou no cárcere. Levaba posta unha pulseira e unha camiseta a favor da selección galega de fútbol que quería regalarlle ao neto e que pronto Carlos recibirá no paquete de cousas mensual que se lle poden entregar.
Valentina di que, despois de 8 meses, poder abrazar ao seu neto foi “a alegría máis grande da miña vida”. “Foi a viaxe máis longa que fixen nunca e máis me gustaría que a miña viaxe máis longa fose doutra maneira, pero aínda así estou contenta de poder ir”. Cando chegou, os carcereiros dixéronlle que non se preocupara, que ía ver como aquelo era como estar nun colexio. Nada máis lonxe da realidade, pois falamos dun ‘alumno’ que ten exceso de educación e que alí recibe de todo menos boas aprendizaxes, que o obrigan a estar 21 das 24 horas que ten o día encerrado e so nunha celda e ao que non lle permiten asistir a ningunha actividade nin titoría nin estar con outra xente porque o teñen, sen ter sido xulgado, nun módulo de isolamento, en primeiro grao penitenciario e baixo o réxime FIES (Ficheiros de Internos de Especial Seguemento). “Aquelo pareceume moi frío, por fóra e tamén por dentro e moi triste”. “Deume moita pena e aínda non quero crer que Carlos estea alí dentro. É moi triste”.
Muller que viviu a guerra e o franquismo, non pode evitar lembrar as épocas igual non tan pasadas. “Tamén daquela detiñan á xente e ían ao cárcere. Matábanos sen ninguén saber”.
En Ordes hai documentados uns 80 asasinatos políticos na zona, 67 deles de persoas que defendían a legalidade republicana ou que participaron na guerrilla antifranquista. “Teñen pagado xustos por pecadores moitas veces e deixa ver agora, cousas así xa se teñen visto”. “Daquela, nin eu nin ninguén chorabamos cando mataban aos falanxistas, e hoxe, o goberno que temos está moi mal”.
Longa vida ás mulleres galegas! Nada máis que comentar.